La temporada navideña, que históricamente mueve la economía en el Altiplano Potosino con la llegada de miles de paisanos, se enfrenta a un preocupante parálisis. La indecisión de los paisanos de regresar a sus hogares, marcada por el miedo a la inseguridad, asaltos y extorsiones en el camino y en sus comunidades, está provocando una caída drástica en la demanda de eventos sociales.
La incertidumbre de si visitarán el Altiplano ha generado un efecto dominó que impacta en la economía local. En años anteriores, en estas fechas grupos y proveedores de servicios para fiestas tenían agendas saturadas para diciembre. Hoy, reportan una baja actividad, señalando que la ausencia de reservaciones está deteniendo la planeación de eventos. Este no es un problema nuevo, sino un tema que no termina de componerse.
El regreso de los potosinos no es solo un asunto familiar; es el motor económico de fin de año. La derrama que dejan los migrantes en consumo de comida, ropa, regalos y, especialmente, en la organización de festejos, es vital para subsistencia de muchas familias en el Altiplano.
Si bien, paisanos esperan, la Caravana del Migrante como una opción de seguridad muy valorada, muchos no pueden ajustar sus fechas de vacaciones. La gran mayoría de los paisanos sigue sin estar convencida de que su viaje no se convertirá en una jornada de terror, y mientras esta percepción persista, la economía del Altiplano seguirá estancada.