El tramo carretero Matehuala – San Luis Potosí de la Carretera Federal 57 ha experimentado recientemente un incremento notable en la presencia de la Guardia Nacional (GN). Este despliegue de elementos coincide con un periodo de alta afluencia de viajeros, particularmente la comunidad de «paisanos» que utiliza esta ruta como vía obligatoria para ingresar o transitar hacia sus lugares de origen.
El aumento en la vigilancia obedece a la seguridad nacional donde el reforzamiento de la presencia policial es una medida potencialmente destinada a bajar los riesgos de robo y extorsión que históricamente han afectado a los automovilistas, especialmente a los paisanos.
La necesidad de una mayor seguridad en esta ruta ha sido una demanda constante. En ocasiones previas, conductores particulares y empresas de transporte han solicitado, sin respuesta, la expansión de la plantilla y los rangos de vigilancia de manera permanente. La actual concentración de fuerzas durante este periodo expone que México cuenta con personal de la GN suficiente para su despliegue en cualquier época del año.
Pese a la justificación oficial de garantizar la seguridad, la presencia de la Guardia Nacional en la 57 ha sido objeto de controversia. Se han documentado quejas y señalamientos directos que acusan a elementos de la corporación de estar incurriendo en actos de extorsión contra los viajeros.
Esta situación genera una mala percepción ciudadana sobre el propósito de los operativos. Mientras que su objetivo principal debería ser garantizar la seguridad y proteger a los paisanos de la delincuencia organizada, existe el riesgo latente de una extorsión institucional a manos de los propios elementos.
La persistencia de estas denuncias, lleva a las preguntas fundamentales sobre ¿Por qué si existe una vasta plantilla de elementos no hay seguridad todo el año? Y ¿Para qué son realmente los operativos?
