Aunque desde hace años se reconoce la falta de personal y el abasto limitado de medicamentos en el Instituto Mexicano del Seguro Social, en el Altiplano no existe una planeación efectiva para enfrentar la temporada de mayor demanda, y diciembre lo volvió a demostrar.
A pesar de que cada fin de año se repite el aumento de enfermedades respiratorias y emergencias, las autoridades no desarrollaron ninguna estrategia previa. No se programaron refuerzos de plantilla médica temporales, no se ampliaron servicios críticos y no se estableció un esquema de abastecimiento especial para estas semanas.
La ausencia de anticipación provocó que el sistema entrara a diciembre en las mismas condiciones que cualquier mes ordinario, sin previsión ni medidas específicas para atender ni las necesidades básicas. Las unidades de salud no cuentan con personal suficiente ni con medicamentos completos, lo que obliga a operar al límite desde los primeros días del mes.
Los tiempos de espera y la saturación son solo una consecuencia visible de la falta de planificación institucional. El sector no cuenta con protocolos adaptados a la temporada, sin estrategias de contingencia y sin ajustes que permitan sobrellevar el incremento predecible de pacientes.
Mientras la demanda crece y el abastecimiento se mantiene en niveles mínimos, el sistema de Salud entra debilitado a una etapa del año que, desde hace tiempo, exige atenciónal menos por la época. Sin una estrategia, diciembre vuelve a evidenciar un modelo que espera que los problemas se resuelvan solos.
